Los
sistemas tecnológicos: costo-beneficio.
Equidad social en el acceso a las técnicas.
La
ciencia y la tecnología forman un complejo sistema derivado de la organización
socioeconómica de una comunidad. Sus productos en forma de conocimientos,
métodos o medios técnicos, son la base del desarrollo productivo y del nivel
educativo que puede alcanzar la población. Sin embargo, no todas las personas
tienen la oportunidad de acceder a ellos.
Cuando
se pone en marcha un sistema tecnológico, se hace con la intención de
satisfacer una necesidad, la cual a su vez se ve satisfecha con un producto.
Los sistemas tecnológicos y los productos generados por éstos, están pensados a
partir de la necesidad de un gran número de personas. Recordemos que las
principales necesidades humanas son básicas como comida o vestido, y atañe a
una sociedad determinada, sin distinción de clases sociales ni géneros.
Sin
embargo, esto no garantiza que todos tengamos el libre acceso a los sistemas y
productos. ¿Por qué razón? La respuesta es muy simple: porque las condiciones
socioeconómicas de cada individuo limitan o amplían su capacidad de adquirir o
recibir los beneficios de los productos científicos y tecnológicos.
Para
preservar el ambiente relacionado con los sistemas tecnológicos, se deben
conocer cómo se han construido y operado los procesos técnicos, además de si
son los mejores que pueden usarse en las actuales condiciones socioambientales.
También tendríamos que preguntarnos cuánto cuesta operar esos sistemas y cuáles
son los beneficios derivados de usar de esa manera los recursos.
Proceso
técnicos.
Los
sistemas tecnológicos que dan origen a los productos que consumimos se componen
de muchos elementos, los cuales requieren de materias primas, energía y un
sistema operativo, este último compuesto por información, maquinaria,
herramienta y trabajo humano.
Los
insumos materiales y energéticos provienen en su totalidad de elementos
extraídos dela naturaleza. La información, su transferencia y su aplicación
surgen de los seres humanos y sus procesos de organización.
Por
medio de los procesos técnicos hemos transformado nuestro entorno en bienes de
uso. Invertimos nuestro ingenio y nuestras actividades para satisfacer una
necesidad humana primordial: formar grupos sociales de atención mutua. Estas
características nos han permitido dominar el uso y la acumulación de materia y
energía proveniente de los ecosistemas, lo que ha modificado significativamente
el balance natural de estos.
Equidad
Social.
En
la actualidad, hay personas que consumen una cantidad importante de productos
relacionados con necesidades secundarias, en general de corta vida o
desechables, mientras que otras no pueden siquiera acceder a productos básicos
que satisfagan sus requerimientos mínimos para subsistir.
Esta
situación proviene de una estructura social injusta y desigual en la que no
toda la población tiene acceso a los mismos satisfactores.
Cada
grupo social decide, con distintos criterios, qué elementos integran los
sistemas tecnológicos que permiten satisfacer sus necesidades básicas y
secundarias, así establece cómo se invertirán los diferentes recursos en ellos.
Cuando esta información se comparte de manera equitativa y transparente con
toda la población, decimos que se alcanza un acuerdo social.
Esa
información es indispensable para evaluar los sistemas tecnológicos; es decir,
analizar de forma sistemática los efectos deseables e indeseables de dichos
sistemas.
Costos
y evaluación
Para
que una sociedad pueda decidir racionalmente sobre las innovaciones
tecnológicas necesarias para alcanzar sus objetivos, se requiere una percepción
adecuada del problema e información que permita tomar decisiones.
La
vigilancia y evaluación se los sistemas productivos
constituye
a conocer los efectos que éstos tienen sobre su entorno.
Un
primer paso es entender cómo funciona un sistema tecnológico. Hay que analizar
sus componentes para verificar la pertinencia de los insumos (materia prima,
energía, financiamiento y mano de obra), de los medios técnicos (herramientas,
maquinarias y procesos) y de los productos (bienes, servicios y desechos) para,
a partir de ahí, determinar si la gestión será conveniente para las condiciones
sociales y ambientales.
Otra
tarea que requiere atención es verificar que los costos no sean mayores que los
beneficios y que la población perjudicada no sea mayor que la favorecida.
El
reciclaje de las materias primas es una medida
que
los ciudadanos en general perciben como benéfica.
Factores
por analizar en la evaluación de un sistema tecnológico.
1 1. Necesidades que le dio origen
2. Conocimientos científicos y técnicos.
3. Relación con otros sistemas tecnológicos
4. Diseño del sistema
5. Costos
6. Beneficios
7. Obtención, gestión y administración.
2. Conocimientos científicos y técnicos.
3. Relación con otros sistemas tecnológicos
4. Diseño del sistema
5. Costos
6. Beneficios
7. Obtención, gestión y administración.
8 .
Consecuencias
ambientales y sociales.
Actividad 1 del bloque IV.
1.
Relaciona
correctamente las columnas.
Evaluación interna y externa de los sistemas tecnológicos.
Si los sistemas naturales son el sustento de los procesos
tecnológicos, los sistemas tecnológicos son el sustento de las sociedades. La
interrelación es mutua, pues los efectos de los sistemas tecnológicos se
expresan, a su vez, en los ecosistemas.
Desafortunadamente, el afán por conocer y emplear a la
naturaleza en nuestro beneficio ha tenido consecuencias adversas en los
sistemas naturales, los cuales mantienen un equilibrio en los flujos de la
materia y la energía del planeta.
Sistemas tecnológicos.
Nuestros sistemas tecnológicos involucran procesos que
extraen, acumulan y desechan más cantidad de materia y energía de la que es
posible reincorporar a los procesos biogeoquímicos con los que funciona la
tierra.
La materia y la energía son transformadas en productos de
uso exclusivamente humano, pero algunos otros seres vivos se han adaptado para
sacar beneficios de las condiciones ambientales derivadas de nuestras
actividades tecnológicas, lo que a veces resulta perjudicial para nosotros.
Por ejemplo, cuando estamos enfermos, tomamos un
antibiótico para matar la bacteria que ocasiona nuestros malestar; sin embargo,
esto puede tener repercusiones negativas si no complementamos el tratamiento
(lo que suele suceder cuando volvemos a sentirnos bien), porque las bacterias
que no murieron se vuelven inmunes a ese antibiótico y transmiten esta
característica a las generaciones siguientes.
El ser humano ha alterado los ecosistemas en su interés
por la extracción de materias primas, la construcción de infraestructura
(presas, caminos, ciudades, puertos, etc.), el desmonte (actividades
agropecuarias) y el depósito de materiales contaminantes. Todas estas acciones
han modificado los ciclos naturales de tal manera, que ya hemos comenzado a ver
los efectos nocivos en nuestras comunidades.
Muchos productos
tecnológicos, como los plaguicidas, son, o requieren para su fabricación,
sustancias potencialmente tóxicas
Sabías
que…
El control químico de los productos empleados para el
control de plagas y enfermedades provoca desequilibrio ecológico que favorecen
a otros seres, que se convierten en un problema más grave que el que se
pretendía controlar inicialmente.
El costo social del deterioro ambiental se expresa de
varias formas.
Primero, deben invertirse grandes cantidades de dinero y
otros recursos para atender ésos y otros problemas de salud de la población.
Además, el aumento de las enfermedades asociadas con los usos tecnológicos
representa una baja en la productividad, al incrementar el ausentismo y el
abandono de los trabajos.
Segundo, los desastres naturales vinculados con el
desequilibrio ambiental daña severamente a las poblaciones humanas, y dejan
tras de sí un importante número de damnificados y pérdidas materiales que
requieren de una gran inversión de recursos para su restablecimiento.
Tercero, la automatización de los procesos técnicos
desplaza a la mano de obra, por lo que se pierden muchos puestos de trabajo, y
los que quedan son mal pagados. Las organizaciones laborales, como los
sindicatos, negocian con las empresas y los gobiernos condiciones de trabajo
favorables, lo que lleva en ocasiones a paros y huelgas que frenan la
productividad.
El deterioro ambiental y social genera conflictos que
amenazan con superar los límites de la organización social y la capacidad tecnológica
para brindar bienestar. Por ello, para garantizar que la tecnología sea un bien público de largo plazo,
necesitamos aprender a tomar decisiones tecnológicas que protejan tanto a los
grupos humanos como al ambiente.
Las leyes y normas de
protección ambiental y de seguridad social exigen que ciertos productos indiquen
los posibles efectos negativos en la salud y el ambiente.
Análisis costo-beneficio.
Es necesario evaluar los sistemas tecnológicos para
comprender en qué se ha fallado y cómo se pueden mejorar los sistemas. Para
ello es importante realizar análisis desde varios enfoques, como el de los
costos de un sistema tecnológico y sus beneficios reales sobre todo de los que
sean comunes a un grupo mayoritario y no sólo a unos cuantos.
El análisis costo-beneficio de los sistemas tecnológicos
debe comprender evaluaciones ambientales, sociales, económicas y políticas en
un contexto cultural que no nada más reconozca y proteja las múltiples
deferencias, sino que promueva las alianzas por el bien común. Eso incluye el
reconocer que somos parte de una biodiversidad y debemos aprender a respetar
para conceder a otros seres vivos el derecho de vivir conforme a su naturaleza,
más allá de los conceptos de uso tecnológico.
Un aspecto básico del análisis costo-beneficio consiste
en describir las causas y consecuencias del problema que se atiende con el
sistema tecnológico. Después se compara lo que sucede cuando se opera con el
sistema con lo que ocurre cuando se opera sin él: ¿qué mejoró?, ¿qué sigue
igual?, qué nuevos problemas se generaron?, para determinar si los beneficios
obtenidos justifican los costos que requiere la implementación del sistema.
De manera general, la evaluación de los sistemas
tecnológicos se realiza en dos fases, una interna y otra externa. Al final,
ambas evaluaciones se complementan y se consideran en la toma de decisiones.
La evaluación interna analiza los componentes del sistema
y cómo funcionan, sus costos y sus consecuencias en quienes participan en la
operación, y la calidad de los productos y residuos. Mientras que la evaluación
externa abarca el contexto social, el cultural, las consecuencias y los fines
del sistema.
Aspectos internos de la evaluación.
La información requerida para la evaluación interna se
obtiene directamente de la supervisión de los componentes del sistema y se
relacionan con esos factores:
Aspectos externos de la evaluación.
La evaluación externa de los sistemas tecnológicos se
centra en el valor que tiene para la sociedad que los va a desarrollar o a
utilizar. Los aspectos a evaluar son:
- Necesidades que puede satisfacer el sistema, dando prioridad, como debe ser, a las primordiales antes que a las secundarias.
- Costo económico, social y ambiental de la inversión de los recursos durante el establecimiento y la operación del sistema.
- Disponibilidad de recursos para solventar los costos.
- Consecuencias en la estructura social y cultural: las fuentes de empleo generadas o perdidas, la capacidad de la infraestructura comunitaria para soportar el sistema a los cambios en las expresiones culturales y las formas de vida en la comunidad.
- Riesgos y consecuencias del sistema tecnológico sobre el ambiente y la salud humana.
- La información mostrará si el sistema funciona adecuadamente para satisfacer la necesidad de origen, sus efectos ambientales y sociales, así como quién afronta los costos desde una perspectiva diferente: ¿los individuos, el gobierno o la sociedad en su conjunto? Con estos datos se puede decidir cuáles innovaciones deben implementarse.
Sabias que…
La evaluación externa
requiere involucrar a la sociedad, y esto debe hacerse con mucho cuidado, pues
se pone en juego la ideología y la percepción de las personas, lo que puede
ocasionar conflictos. Para ello, resulta útil aplicar técnicas de
sensibilización y comunicación transparente.
Control social de los sistemas tecnológicos para el bien
común.
Las evaluaciones tecnológicas generan información, la
cual permite conocer nuevas formas de aplicación de los conocimientos
científicos y técnicos, ya en programas gubernamentales que atiendan las
necesidades de la sociedad, ya en los sectores productivos donde se ofrezcan
productos que realmente satisfagan esas necesidades, sin poner en riesgo el
bien común.
Con las evaluaciones se pueden detectar fallas o
carencias en los sistemas tecnológicos, para desarrollar innovaciones más
eficientes que beneficien a un mayor número de personas.
Si bien es cierto que los seres humanos dependemos de los
sistemas tecnológicos para tener una buena calidad de vida, también es verdad
que la permanencia de dichos sistemas obedece a los diferentes criterios que se
consideren para definir lo que es esa calidad de vida.
En términos generales, la calidad de vida tiene que ver
con la percepción individual que se tenga del bienestar personal, familiar,
social, ambiental. Pero si el bienestar no es generalizado, aparece conflictos
que deben ser solucionados por la organización social para restablecer y
garantizar de nuevo el bienestar común.
La organización social, fundamentada en la participación
de todos, es una fuerte estructura que proporciona estabilidad y certeza a las
comunidades, siempre y cuando se dé en un contexto de respeto y equidad.
Los sistemas técnicos deben asumir su responsabilidad
social.
La participación ciudadana.
Es muy importante fomentar el desarrollo de una
ciudadanía informada y participativa, que asuma su responsabilidad de
intervenir oportunamente para controlar el desarrollo tecnológico por medio de
mecanismos de consulta, participación y evaluación de los sistemas
tecnológicos, mecanismos centrados en el bien común que se espera obtener de dichos
sistemas.
Para fomentar la participación ciudadana, en primer lugar
se debe procurar la existencia de suficientes programas y planes de
investigación, educación, desarrollo y comunicación científica y tecnológica
que sean accesibles a toda la población. Esto permite a los ciudadanos
comprender el impacto que los sistemas tecnológicos pueden causar en el
ambiente y la sociedad, así como decidir, con responsabilidad, si es
conveniente o no el permitir que se establezcan.
Otro elemento con el que cuenta una sociedad para
controlar los sistemas tecnológicos es el consumo responsable de los bienes y
servicios.
La planeación y la evaluación en los procesos
productivos.
La evaluación social de los sistemas tecnológicos es
importante por dos razones: en primer lugar, aporta información que permite
incrementar su rentabilidad, , es decir, su capacidad de obtener más beneficios
a partir de las inversiones. En segundo, verifica que los beneficios del
sistema sean para toda la comunidad en su conjunto, en otras palabras, que la
inversión de los recursos busque el bien común, antes que los beneficios
económicos a particulares.
Toda intervención requiere un plan previo, expresado en
un documento, el cual se presenta a todos los participantes del sistema
tecnológico y a los posibles receptores de sus efectos. El plan de acción
describe con claridad estos elementos:
Finalidad de la intervención, es decir, el motivo por el cual se ha
decidido intervenir.
Propósito del plan de intervención u objetivos que se espera
alcanzar.
Resultados esperados,
que expresen de manera cuantificable los
efectos de la intervención. Listados y con las características siguientes:
cambios físicos en los componentes del sistema, reducción en los costos,
incremento en la producción, mejoras en las condiciones laborales, aumento en
el número de beneficiarios o en los niveles de aceptación pública del sistema.
Actividades necesarias para alcanzar cada uno de esos resultados.
Tiempo de duración total del plan, señalado también cuánto
durará cada una de las actividades.
Responsables, es decir, quiénes estarán a cargo de cada actividad y
cuáles funciones realizarán: personas, instituciones o equipos.
Responsabilidad de
los poderes públicos. Se debe verificar que
el Estado tome decisiones a favor del bien común, del bienestar de la mayoría y
que organice la gestión de los recursos sociales para garantizar el acceso de
toda la población a las tecnologías. De esta manera, se evita favorecer la
opacidad, la restricción y la creación de monopolios u oligopolios
que frenen el desarrollo de la sociedad.
Legislación para el
bien común. Se debe analizar la
correspondencia de las leyes con una jerarquía de valores orientada a alcanzar
soluciones técnicas que generen condiciones ambientales, económicas y sociales más
justas y eficaces.
Capacidad económica
de los administradores del sistema. La limitación para adquirir insumos y acceder
a los medios técnicos puede determinar que el sistema no opere como la
evaluación previó, y debido a eso se ponga en riesgos el bien común. Por ello,
es importante considerar opciones que no comprometan los objetivos sociales y
ambientales del proyecto, como la mano de obra voluntaria, las donaciones, los
convenios de colaboración o el financiamiento gubernamental.
El diseño o la modificación
de sistemas técnicos. Esto es fundamental
para que produzcan con menos recursos, más calidad, más cantidad y lleguen a
todos los usuarios.
Costos y beneficios
secundarios. También llamados
externalidades, se producen como consecuencia de la operación del sistema, pero
fuera del ámbito en que éste se realiza. Incluye los fenómenos de los mercados,
las razones estratégicas o de seguridad nacional, la integración regional, los efectos
sobre el clima y el ambiente, entre otros.
La distribución
equitativa de los beneficios del sistema. Consiste
en considerar los efectos que el sistema puede tener en la distribución del
ingreso o la riqueza.
El valor de la vida
humana. Los sistemas tecnológicos
deben estimar cómo sus efectos modifican directa o indirectamente la esperanza
de vida de la población que recibe su impacto.
La evaluación como parte de la resolución de problemas
técnicos y el trabajo por proyectos en los procesos productivos.
Cuando se requiere desarrollar una solución técnica para
un problema, hay que organizar las acciones que deben efectuarse a partir de la
información que se tiene del problema o la necesidad, con el propósito de
evaluar las distintas soluciones técnicas que pueden aplicarse.
En ese sentido, la evaluación es una herramienta útil,
pues aporta los datos que justifican las decisiones tomadas. Comparando entre
las diferentes opciones, se debe elegir aquella que aporte los mayores
beneficios a partir de una buena administración de los recursos disponibles.
Las acciones tecnológicas se realizan mediante proyectos
productivos que requieren de planeación, la cual fundamenta y organiza con base
en información obtenida, en especial, de las evaluaciones.
En resumen, la evaluación de los sistemas tecnológicos es
una actividad que debe estar presente de forma constante durante el diseño y el
desarrollo de los proyectos técnicos, las cuales tienen como objetivo
fundamental brindar satisfacción y bienestar a las sociedades que los llevan a
cabo.
Integración de
conceptos.
Actividad 2. Completa
el esquema con las palabras del recuadro.
internos bien común beneficios tecnológico
producto
consecuencia evaluación externos residuos
materias
primas
LAS ACTIVIDADES 1 Y 2, REALIZAR EN EL FORMATO DE WORD,
CON SU RESPECTIVA HOJA DE PRESENTACIÓN.
ENVIARLO AL CORREO CORRESPONDIENTE enriqueam20@gmail.com
FECHA LIMITE: 19 DE ABRIL
HORA: 20:00
EN ASUNTO COLOCAR: ACTIVIDADES 1 Y 2 DEL BLOG SEC. 1
LEYENDA DEL CORREO: SU DATOS PERSONALES ESCOLARES.
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